Esta semana durante la conferencia de prensa, el ex presidente aludió en más de una ocasión a la humildad y al amor. “Vamos a ser humildes”, dijo. Incluso a un periodista le contestó “yo a vos te quiero”. Y ¿sabe qué? me suena feo “humildad” en sus labios dr Kirchner. Siento que afende a quienes nacimos, vivimos, nos criamos en la humildad y no sólo económica. La humildad como concepto humano es otra cosa. Para empezar es reconocer al otro sin mirarlo con sonrisas socarronas. Es hacerlo sentir persona, sin burlarse. Es saber despojarse. De todos modos habría que hacer una distinción. Usted es ex presidente. Dicen algunos colegas que también es el político más poderoso del país. Yo tengo dudas profundas sobre eso. Pero eso hace la diferencia. Usted no es (o pretende ser) un humilde cualquiera. Es quien maneja todas la información y buena parte de los resortes institucionales de la Argentina. Maneja más que su esposa, que es la Presidenta. Usted juega al humilde. Jamás se lo escuchó hablar de reconciliación en serio. Jamás se lo vio dar un abrazo sincero. Desde que asumió no hizo más que acusar, amenazar, desacreditar y humillar a quienes pensaban distinto, a quines consideraba enemigos. Y aún lo hace. Aunque es cierto que siempre haciendo la salvedad de que a usted le encantan la diferencias. Debe ser para eso que le gustan: para atacar y dominar ahora que todavía puede. Para jugar al gato y al ratón mientras una banda de arlequines le festejan casi sin respirar a carcajada limpia. Eso pasó en la última conferencia de prensa. El ex duhaldista José María Díaz Bancalari, riendo detrás suyo, fue por lejos el más patético. Ese hombre no habla sólo de lo que es usted, habla y muestra de qué materia se construyó buena parte del peronismo de los últimos 20 años. Por ahí dice que es humilde refiriéndose a que carece de nobleza, como dice una de sus acepciones.
Pero la verdad, peor me sabe “amor” cuando lo pronuncia entre dientes, doctor Kirchner. Eso sí que ya no puedo tolerarlo. ¿Qué entiende por amor usted? Le queda tan feo el verbo amar, tan desubicado cuando se pone a conjugarlo. No le alcanzaba con apropiarse del discurso progresista, de las fórmulas de econosmistas antiliberales, de las banderas sociales, no, no le alcanzaba con eso. También quiere quedarse con la poesía de los poetas. Pero de la poesía no es tan fácil apropiarse. Y el amor no es una palabra como las demás de las que se apropió. Como derechos humanos, acumulación, riqueza, trabajo, producción, distribución, humildad. El amor se ve en los ojos, en los labios, en las manos, se siente aunque sea por televisión. El amor se marca en la frente con la tinta de la vida. Hasta se huele el amor, y tiene olor a liliums, a leche de madre, a tierra, a viento. Tiene el sonido de las risas y el llanto, y las tripas que chillan mientras comen los hijos. Tiene el color de la piel desnuda de una mujer. La textura de una tez callosa. El amor es mirar dormir a quienes amamos y llorar. Usted no sabe nada del amor y se le nota tanto dr Kirchner.
patricia barral, editorial sábado 12 de julio, concepto país, 11 a 13 hs.
lunes, 14 de julio de 2008
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1 comentario:
Estoy de acuerdo con lo que decis. No tiene idea de lo que es humildad ni amar. Pero menos idea tiene de lo que es un "PAÍS".
Gracias por compartir. Besos
Ammé
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